Víctor Hugo Sánchez
Conocí a Sebastián Ligarde hace casi 24 años; él era el terrible “Memo” de la telenovela “Quinceañera”. Tan buen actor, que en verdad me dio miedo acercarme, porque pensé que el villano de la telenovela tenía que ver con el ser humano, pero no, todo lo contrario. Si hay que ponderar algo, amen del talento indiscutible de este actor, es su capacidad de ser amigo, su cordialidad, su entrega, su humanismo.
Desde entonces nos hicimos grandes amigos.
Así, puedo decir que de mis tantos años de periodista en el medio del espectáculo, puedo contar a los amigos con los dedos de las manos, y Sebastián (para los cuates, Gerardo) es uno de ellos.
Hoy, a la distancia, la admiración por él crece porque, no sólo en lo actoral, sino también en su infinita capacidad de amar y de entregarse a la amistad, y por su amor por una profesión que él defiende a ultranza: la carrera de actor en la que, al tiempo, se ha convertido en un maestro, literalmente.
Un abrazo infinito a mi gran amigo de tantos años y tantas aventuras desde esta trinchera del periodismo.
Víctor Hugo Sánchez
